Aranda de Duero

Diócesis de Burgos

CUARESMA 2020

LA CUARESMA TIEMPO DE CURACIÓN

En la Homilía del Miércoles de Ceniza, el Santo Padre hizo una preciosa reflexión sobre nuestra debilidad humana y nuestra maravillosa trasformación en manos de Cristo.

Comenzaba diciendo que somos frágiles y débiles mortales, polvo minúsculo en el universo destinado a ser amado hasta convertirse en polvo precioso para Dios, y si nos dejamos moldear por Dios, nos convertiremos en algo maravilloso que trasformará nuestra vida y la llenará de esperanza que nos curará el alma, “dejémonos amar para poder amar”.

Cuando vivimos solo para las cosas materiales de esta vida, nos angustiamos cuando las cosas nos van mal, volvemos al polvo gris de la desesperanza y nos alejamos de Dios.

¿Cómo usar este tiempo de Cuaresma a modo de curación?

• Reconciliándonos con Dios, dejando que Él entre en nuestra vida a través del Sacramento de la Penitencia: “Con el abrazo del Padre en la confesión, recuperaremos la alegría de sentirnos amados y este amor nos salvará porque el amor de Dios es vida”.

Necesitamos quitar ese polvo que se nos acumula en el corazón y nos apaga el amor, y solo Jesús que nos conoce y nos ama puede quitárnoslo.

“JESÚS, TÚ QUE ME AMAS TRASFORMAMÉ”

Preparémonos en estos días de Cuaresma para que, a través del amor, recuperaremos con Cristo la alegría de la Resurrección y de la vida Eterna

“DEJÉMONOS AMAR PARA PODER AMAR”

 

 

CUARESMA, TIEMPO DE CONVERSIÓN

PREPARAR LA RECONCILIACIÓN

“Dejaos reconciliar por Dios”

1.- Pide a Dios que te ayude a sentirte pecador:

El arrepentimiento es una visita de Dios, una señal de su amor. Por eso, antes de acercarnos, es importante que oremos con un corazón arrepentido.

2.- Examina tu conciencia

A menudo, el pecado se esconde en lo más recóndito de nuestro corazón, y muchas veces, ni nosotros mismos somos capaces de verlo, o no lo llamamos pecado, sino costumbre, o cosa hecha por todos. Examina con atención tu conciencia, para ello te pueden servir los mandamientos, o las bienaventuranzas.

Las preguntas que tienes a continuación también te pueden ayudar

 

Amaras al señor tu Dios con todo tu corazón

• ¿Es firme mi fe en Dios? ¿Qué me impide que Dios sea lo más importante para mí? ¿Qué hago para robustecer mi fe?

• ¿Rezo asiduamente por la mañana y por la noche? ¿Participo en la Eucaristía sobre todo los domingos? ¿Ofrezco a Dios mis trabajos y mis preocupaciones? ¿Me preocupo por estudiar y profundizar en la Palabra de Dios?

• ¿Hay otros dioses que habitan mi corazón? ¿Qué ídolos me construyo?

 

Amaos mutuamente, como yo os he amado

• ¿Tengo un auténtico amor al prójimo? ¿Abuso de mis hermanos usándolos para mis fines? ¿Me porto como no quisiera que se portaran conmigo?

• En el seno de mi familia ¿colaboro para que exista la paz, el amor, las buenas relaciones?

• ¿Comparto lo mío con los demás? ¿Qué tiempo, cualidades, dinero pongo, de hecho, a disposición de los demás? ¿Cómo me intereso por las cosas de las personas que viven conmigo, en mi casa, trabajo, ciudad? ¿Cumplo con mis obligaciones ciudadanas?

• ¿Soy servicial, laborioso, cuidadoso, cumplidor en el trabajo que realizo?

• ¿Cumplo la palabra que doy? ¿Digo de los demás calumnias, mentiras, verdades a medias o por el contrario digo siempre lo justo?

• ¿Me siento separado de alguien por riñas, disputas, peleas? ¿He hecho daño a otro con burlas o de manera física? ¿Me siento dispuesto a la paz o engendro violencia y venganza?

• Si hay personas a tu cargo ¿Te has preocupado por darles siempre lo mejor de ti mismo? ¿Las has utilizado para tus propios fines?

• ¿He robado algo a alguien? ¿He restituido o reparado ese daño?

 

Sed perfectos como vuestro padre es perfecto

• ¿Me esfuerzo por avanzar en la vida espiritual? ¿Me esfuerzo en dominar mis vicios y mis malas inclinaciones? ¿He sido soberbio? ¿He impuesto mi voluntad a todo trance pasando por encima de los demás?

• ¿Qué uso hago de mi tiempo, de mis fuerzas, de los dones que Dios me ha dado? ¿Vivo en la ociosidad o la pereza?

• ¿He procurado poner siempre mi sexualidad al servicio de un auténtico amor o por el contrario he usado de ella solo por diversión?

• ¿Trato siempre de actuar con la libertad de conciencia de los hijos de Dios, o me siento atado por algo o por alguien?

 

3.- Pide perdón

Después de haber examinado tu conciencia, quédate en silencio pidiendo a Dios y a su Iglesia perdón. Puedes hacerlo con tus propias palabras o con una oración.

Misericordia Señor, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa, lava del todo mi delito, limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado, contra Ti, contra Ti pequé, cometí la maldad que aborreces.

Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me llenas de sabiduría, rocíame con el hisopo, quedaré limpio, lávame, quedaré más blanco que la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría que se alegren los huesos quebrantados, aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro, afiánzame con espíritu generoso, no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo Espíritu. (Salmo 50)

 

4.- Confesión de los pecados

Acércate con confianza. Puedes comenzar con un saludo normal, o diciendo "Ave María Purísima".

Después manifiesta con sencillez las raíces de tus pecados y tu estado de separación de Dios. El sacerdote te puede dar algunas palabras de aliento. Después se señala una obra de penitencia. Y lo invita a que se reconozca pecador. Puedes rezar una breve oración como esta: "Señor Jesús, ten piedad de mí, que soy un pecador".

Finalmente, el sacerdote, en nombre de Dios declara que has sido absuelto de tu culpa

.

 

 

© Parroquia Santa Catalina 2017

info@parroquiasantacatalina.com

Teléfono: 947501951