Aranda de Duero

Diócesis de Burgos

SEMANA SANTA 2020

¿QUIEN DICE QUE ESTE AÑO NO HAY SEMANA SANTA?

 

¿Quién dice que este año el Cristo de la Salud no sale,

si va vestido de verde en los hospitales?

 

¿Quién dice que los Nazarenos no harán penitencia,

si vienen los sanitarios con sus enfermos, hasta las puertas de Urgencias?

 

¿Quién dice que Jesús Caído no sale,

si vemos a nuestros médicos caídos y agotados,

con humildes cirineos (enfermeras, celadores,

limpiadoras y personal sanitario)

que no pueden con la cruz, caminito del Calvario?

Como Jesús en el huerto, están nuestros camioneros,

 pasan las noches en vela para traer alimentos,

desafían los caminos por donde el virus ya vuela,

pensando en sus familias que ya están en cuarentena.

 

También Cristo está presente en cualquier supermercado,

con los que reponen género o en las cajas van cobrando.

Con nuestra guardia Civil, va también el Crucificado,

y con nuestra policía, que del pueblo están cuidando,

para que pase la plaga y que no pasemos daño.

La Virgen de los Dolores va con nuestros farmacéuticos,

que no dejan sus servicios para que no nos falten medicamentos.

Y la Virgen de la Paz, lucirá su manto blanco

con tantas hermanas buenas que cuidan nuestros ancianos.

 

El Cristo de Madrugada, sale en los hombres del campo,

llevando pesada cruz, como Cristo en el calvario.

El Cautivo también sale a la calle este año,

porque encerrados en casa y sin ir a ningún lado,

se siente Señor tu pueblo, presos como Tú en un Martes Santo.

 

La Virgen tiene su rostro, repleto de llanto y duelo,

como el de nuestros ancianos, solos y en el desconsuelo,

y esa abuelita en su casa es igualita a la Virgen,

Virgen de la soledad “con el pelo lleno de canas y con ganas de llorar.”

 

Salen nuestros Sacerdotes con la Virgen del Rosario,

y ofrecen sus oraciones por el pueblo encomendado.

Y como no va a salir la Virgen de la Esperanza,

si es nuestra Madre la que nos está cuidando para que no la perdamos,

La Esperanza está rezando.

Y así sucesivamente, todos pasos van saliendo, pasos vivos, historia cierta.

 

SON MOMENTOS DE PASIÓN CON CRISTO DE PROCESIÓN.

                  TOMADO DE UNA PRECIOSA REFLEXIÓN

 

 

 

 

 

 

MEDITACIÓN SOBRE LA ORACIÓN EN EL HUERTO

 

Llegado al umbral de su Pascua, Jesús está en presencia del Padre.

¿Cómo habría podido ser de otra manera, dado que su diálogo secreto de amor con el Padre nunca se había interrumpido?

"Ha llegado la hora" (Jn 16, 32); la hora prevista desde el principio, anunciada a los discípulos,

que no se parece a ninguna otra, que contiene y las compendia todas justo mientras están a punto de cumplirse en los brazos del Padre.

Improvisamente, aquella hora da miedo.

De este miedo no se nos oculta nada.

Pero allí, en el culmen de la angustia,

Jesús se refugia en el Padre con la oración.

En Getsemaní, aquella tarde, la lucha se convierte en un cuerpo a cuerpo extenuante, tan áspero que en el rostro de Jesús el sudor se transforma en sangre.

Y Jesús osa por última vez, ante del Padre,

manifestar la turbación que lo invade:

"¡Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz!

Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lc 22, 42).

Dos voluntades se enfrentan por un momento,

para confluir luego en un abandono de amor ya anunciado por Jesús:

"Es necesario que el mundo comprenda que amo al Padre,

y que lo que el Padre me manda, yo lo hago" (Jn 14, 31).

 

 

ORACIÓN

 

Jesús, hermano nuestro,

que para abrir a todos los hombres el camino de la Pascua

has querido experimentar la tentación y el miedo,

enséñanos a refúgianos en ti,

y a repetir tus palabras de abandono y entrega a la voluntad del Padre,

que en Getsemaní han alcanzado la salvación del universo.

Haz que el mundo conozca a través de tus discípulos

el poder de tu amor sin límites (cf. Jn 13,1),

del amor que consiste en dar la vida por los amigos (cf. Jn 15,13).

 

 

© Parroquia Santa Catalina 2017

info@parroquiasantacatalina.com

Teléfono: 947501951