Aranda de Duero

Diócesis de Burgos

ADVIENTO 2020

“Adviento, Tiempo de espera”

 

Es un tiempo mariano por excelencia ya que nuestra Madre aparece cooperando activamente en el misterio de la Reconciliación, preparando el nacimiento del Mesías. Es por ello que, en su presencia y compañía, vivimos este tiempo de espera y de conversión.

Reflexionemos sobre nuestra actitud de espera de la llegada de Jesús y dejémonos educar por María en la espera paciente y activa.

Rezamos el Rosario y hacemos una meditación antes de cada misterio.

          ♥ PRIMERA MEDITACIÓN: TIEMPO DE ESPERA Y CONVERSIÓN

El tiempo de Adviento es un tiempo de espera activa en búsqueda del encuentro definitivo con el Señor Jesús. Espera activa que implica tener deseos de cambiar, de prepararse; es por eso que en este tiempo estamos llamados a la exigencia radical, a la conversión, al cambio de vida, a volver nuestros pasos al camino de Dios;  llamados a la conversión que debe abarcar todo nuestro ser y que debe llevarnos a cambiar nuestros pensamientos, sentimientos y acciones; poniéndolas en concordancia con la manera de pensar, sentir y actuar de Jesús.

          ♥ SEGUNDA MEDITACIÓN: LA ORACIÓN

El Adviento es tiempo de acercamiento sincero al Señor, quien está por venir y que  a la vez ya está entre nosotros. Pero no podemos acercarnos a Él sino lo buscamos, sino estamos en constante tensión por ponernos en su presencia.  La oración, personal y comunitaria, constituye un medio eficaz de búsqueda hacia un encuentro real con el Señor Jesús; mediante la escucha atenta, la meditación y la interiorización de su Palabra, lo que debe constituirse en una exigencia y necesidad en este tiempo de espera.

          ♥ TERCERA MEDITACIÓN: LA PENITENCIA

Dios nos envía un Salvador, su propio Hijo. ¿Pero estamos realmente preparados para acogerlo y recibirlo en toda su dimensión? Pongamos todo de nuestra parte, por asumir, todos los sufrimientos, problemas y dolores que encontramos en nuestro camino de santidad buscando ponernos en forma concreta, en la Cruz del Señor, viviendo estas dificultades en sentido, de sacrificio y entrega; mediante la penitencia, medio necesario de preparación y espera hacia un encuentro definitivo con el Señor Jesús.

          ♥ CUARTA MEDITACIÓN: LA CARIDAD

La caridad, se nos presenta como un excelente medio de espera y conversión en el tiempo de Adviento; ya que sólo a través de nuestra comunión de amor con el Señor, estaremos en condiciones de amar realmente a nuestros hermanos y de practicar la verdadera caridad con ellos. La caridad debe llevarnos durante este tiempo expresarla concretamente a través de la atención de los más pobres y necesitados, buscando su promoción integral y radicalizando nuestra obligación de ser “guardianes del hermano” preocupándonos de colaborar con él para aliviar sus necesidades y problemas.

          ♥ QUINTA MEDITACIÓN: MARÍA NOS EDUCA EN LA ESPERA

María, con su “Fiat”, acepta ser la Madre de Dios y al hacerlo dirige todo su esfuerzo por cumplir a cabalidad tal misión y espera ansiosa aquel momento de máxima felicidad, como es el nacimiento del Señor Jesús; pero esta espera de la Madre no es una espera pasiva, sino por el contrario es una espera activa, demostrada en las acciones de Santa María durante la visita a su prima Isabel.

Terminamos cantando a nuestra Madre.

 

LA VIRGEN SUEÑA CAMINOS

La Virgen sueña caminos, está a la espera;

la Virgen sabe que el niño, está muy cerca.

De Nazaret a Belén hay una senda;

por ella van los que creen, en las promesas.

 

Los que soñáis y esperáis, la buena nueva,

abrid las puertas al Niño, que está muy cerca.

El Señor, cerca está; él viene con la paz.

El Señor cerca está; él trae la verdad.

 

En estos días del año, el pueblo espera

que venga pronto el Mesías, a nuestra tierra.

En la ciudad de Belén, llama a las puertas,

pregunta en las posadas, y no hay respuesta.

 

La tarde ya lo sospecha: está alerta.

El sol le dice a la luna, que no se duerma.

A la ciudad de Belén, vendrá una estrella

vendrá con todo el que quiera, cruzar fronteras.

 

 

ADVIENTO EN TIEMPO DE PANDEMIA

En los días más oscuros y fríos del año, con el miedo al contagio, cuando tomamos conciencia de lo frágiles y vulnerables que somos, nos damos de cara con un tiempo de luz, la luz que nos trae Jesús. Este tiempo de Adviento es para iluminar precisamente toda la oscuridad por la que estamos pasando, iluminar nuestros miedos, nuestras angustias a través de Él. Es tiempo de espera, de conversión y de alegre esperanza, “Ven Señor no tardes.”

A través de ÉL, este tiempo de espera se llena de esperanza, y eso precisamente es el Adviento. Tiempo de llenarnos de alegría, la que nos da saber que Dios, que nos ama tanto, no nos deja solos y está dispuesto a hacerse pequeño, débil y vulnerable haciéndose un niño para que le acojamos en nuestro corazón. “La esperanza no defrauda” afirma el papa Francisco, y en esta situación en la que vivimos nos sugiere la lectura del salmo 32,20-21:

 “Nuestra alma en Yhaveh espera, Él es nuestro socorro y nuestro escudo”…

La espera conlleva estar vigilante, cuidar nuestro corazón hasta convertirlo en un auténtico pesebre.

Preparémonos, pues nos nace un Salvador iluminando nuestra casa y nuestro corazón con una buena confesión.

Allanemos los caminos de la incomprensión, y la intolerancia sembrando amor y esperanza con nuestros hermanos.

Con la alegría de la esperanza curemos nuestros temores, con la ilusión de recibir a nuestro Salvador, llenemos de luz estos momentos oscuros.

Fijémonos en María como ejemplo de espera con amor, Ella nos ayudará en esta tarea…

“VEN SEÑOR NO TARDES”

 

 

 

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